Mirar al Cielo

                                         MIRAR  AL  CIELO

                “ lo más triste que le puede pasar al ser humano
                  es que salga el ARCO IRIS … y no lo vea “


   Prácticamente durante todo el día, nuestra cabeza está mirando hacia abajo. Incluso en un entorno natural puro, estamos mirando al suelo.
   Y por qué? Es algo inconsciente. Somos víctimas del “permanente ruido mental de nuestros pensamientos”. Y eso nos tiene atrapados. Nos impide disfrutar de todo lo que hay, de todo lo que es, de todo lo que somos y , en definitiva, de la vida misma.
   El crecimiento interior sólo se puede producir desde la consciencia. Unicamente, dándome cuenta de lo que me ocurre a mi ( mediante la auto-observación ), a los demás y al entorno podremos crecer.
   Entonces, ¿cómo podemos salir del hábito de mirar al suelo?
   Muy fácil : mirando al cielo, al menos una vez al día y permanecer observándolo unos segundos, hasta que los pensamientos nos vuelvan a engullir.
   Y por qué? Pues porque es un gesto de plena consciencia, quizá el único del día, que nos abre la mente; detiene, al menos por unos segundos, el flujo incesante de pensamientos, es decir, nos saca; caemos en la cuenta de lo distraídos que estábamos; nos hace vivir plenamente ese momento y, por tanto, nos hace felices.
   Podemos experimentar ese conocimiento de que la felicidad está en el presente, pues es lo único que existe, ya que el pasado “fué” y el futuro “será”, pero ninguno de los dos “es”.
   Y, de paso, disfrutaremos con total lucidez y precisión de la velocidad, dirección, formas y colores de las nubes, de los amaneceres y atardeceres, de las noches estrelladas, de la belleza de la luna y, cómo no, de la del ARCO IRIS.
   Somos tierra, con los pies en el suelo; pero también aire con la cabeza alta.
   Y, por aquello de que tampoco se puede “vivir en las nubes”, recomiendo, de vez en cuando, mirar al suelo, no sea que tropecemos o pisemos mierda, pero, eso sí, hagámoslo conscientemente.

    
             Uno que, aunque sabe que ES, quiere SENTIRLO.

MIKEL N.

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